Nuestro país se ha caracterizado mundialmente por ser uno de los más violentos, llegando a equipararse a países como Siria, e Irak, según estudios de la ONU. En gobiernos del FMLN nuestro país vio tristemente de como la tregua entre pandillas les brindo poder político y económico, fortaleciendo el musculo criminal de estas estructuras criminales. En el 2017 E Salvador tuvo un promedio de 64 homicidios cada 100 mil habitantes. Según la Organización Mundial de la Salud cuando en un país existen 10 asesinatos cada 100 mil habitantes, se considera epidemia de violencia y evidentemente nuestro país en gobiernos del FMLN estábamos en una situación alarmante.
En Junio del 2018 al asumir la presidencia Nayib Bukele se implementa el plan control territorial, comandado por el actual ministro de seguridad Rogelio Rivas, dicho plan posee diversas fases, las cuales permiten desarrollar una estrategia holística en diversas áreas. La fase I identifica mediante perfiles geográficos del crimen las zonas de mayor índice delincuencial; focalizarla y realiza un despliegue táctico operativo de elementos policiales y militares, generando un disuasivo y desplazamiento del delito.
Esta presencia policial y militar busca desarticular las estructuras criminales que controlan territorios específicos e impedir que su operatividad criminal siga activa. Logrando con ello una considerable reducción de homicidios. (3.7 homicidios diarios hasta el 19 de Enero, 2020) un logro impensable en tan corto tiempo de gobernar.
La fase inicial también consta de un ordenamiento del sistema penitenciario, el cual en el pasado servía de centros operativos de logística criminal de los cabecillas de pandillas. También se ha logrado una óptima articulación y coordinación entre la PNC, FAES y FGR, obteniendo con ello desarticulación de estructuras criminales y posteriores condenas.
La fase II del plan es amplia y ambiciosa, debido a que busca recuperar la cohesión social fragmentada y escindida desde años atrás. Para ello el gobierno llevará a comunidades vulnerables y en riesgo salud, educación y actividades culturales algo que en seguridad ciudadana se conoce como buenas prácticas para prevención de la violencia. Estas permiten una proximidad con jóvenes de comunidades en riesgo y de esta manera paulatinamente y con un trabajo a mediano y largo plazo edificar comunidades seguras.
La fase III del plan de seguridad la cual se ha denominado «Modernización», y la cual está enfocada en tecnificar con mejores equipos a los elementos de la Policía Nacional Civil (PNC) y Fuerza Armada de El Salvador (FAES) para combatir eficientemente las bandas de criminales. Ambas instituciones encargadas de la seguridad contarán con mejor armamento, chalecos antibalas, uniformes, cascos tácticos, radios, mejores patrullas, helicópteros, drones, cámaras con visión nocturna en las esquinas de las calles, mejores puestos policiales, entre otros elementos para hacer más eficiente el combate a la delincuencia.
Una estrategia interesante es la que se implantará monitoreando con drones en escuelas, teniendo un mayor y mejor control de los territorios, generando con ello respuestas inmediatas de intervención policial ante hechos delictivos. Evitando los reclutamientos en jóvenes de parte de las pandillas. Importante destacar que estas fases también van acompañadas con mejoras salariales de los cuerpos de seguridad y así dignificando tan encomiable profesión, algo que en gobiernos del FMLN se tuvo en paupérrimas condiciones.
Lo logrado en seguridad ha sido premiado por la población salvadoreña y no vamos a los datos para ejemplificarlo: en la encuesta CID Gallup el Presidente Nayib Bukele, obtuvo la aprobación del 91%, de la población total, El 78% de la población encuestada considera que la delincuencia ha tenido disminuido en comparación de gobiernos anteriores y el Ministro de Seguridad, Rogelio Rivas, es el funcionario mejor evaluado del gabinete actual de gobierno con nota de 7.82.
Luis Enrique Contreras Reyes
Analista Político
@LuisSaxum