Reflexionando sobre estos lamentables hechos debo sentar una posición como una mujer académica y empoderada que conoce y defiende sus derechos.
No podemos ser apologistas del delito y exigir abortos cuando sabemos que estamos matando a un ser humano indefenso y esto es un delito en nuestra legislación. No podemos manchar y vandalizar propiedad privada solo porque se nos ocurre protestar.
Como mujeres debemos demostrar nuestras capacidades e inteligencia; convertirnos en referentes para dejar un legado ejemplificante de virtudes y no un vandalismo mediocre como el presenciado hoy y que no se diferencia en nada de lo que hacen los delincuentes.
A mi hija le enseñaré siempre su valor como ser humano y como mujer y que no permita ser influenciada por ideologías perniciosas de un feminismo mal entendido como el que presenciamos hoy.
Ese condenable vandalismo es el reflejo de una sector de mujeres que no han trascendido a un nivel de propuestas con ideas y fundamento y recurren a burdos insultos y ofensas para buscar destacar.
Mi ideario, mis principios y mi conocimiento, distan mucho de ese mundano y lamentable accionar de algunas mujeres que marcharon en las calles dañando propiedad privada.