A través de una serie de “twitts” y de páginas poco creíbles, el empresario José Antonio Salaverría en un arrebato de triunfalismo ha asegurado que embargará al banco Davivienda, por una sentencia de la Sala de lo Civil que le concede un monto de dinero que hace que dicho señor pierda la cordura.
A criterio de varios juristas consultados, Salaverría y sus asesores se vuelven a equivocar y dolosamente engañan a la opinión pública. En junio, aseguraba que el banco no tenía más camino que pagarle un millonario monto en un plazo de tres días; y ya han pasado tres meses sin que eso ocurra.
Luego, Salaverría y su equipo legal sostuvieron que el proceso contra la institución estaba cerrado y que ésta no tenía nada más que hacer, lo cual fue una total mentira, pues en julio el banco presentó una demanda de amparo ante la Sala de lo Constitucional, argumentando violaciones a derechos constitucionales en la sentencia de la Sala de lo Civil.
Ahora, el cafetalero caído en quiebra hace creer que embargará a la institución financiera, a pesar que sabe que no puede hacerlo, porque para hacer efectiva esa supuesta acción, primero tiene que esperar a que el Juzgado de lo 1ro de lo Mercantil revise todo el proceso.
Por lo que no cierto que se vaya a embargar al banco. Un proceso así toma tiempo y además, si la Sala de lo Constitucional admite el recurso presentado por el banco, a Salaverría y su séquito de asesores legales se les caería “el negocio”, pues los magistrados podrían suspender el acto reclamado mientras investigan.
Ayer jueves se conoció que la calificadora de riesgo confirmó la solides de Davivienda, otorgándole categoría AAA, eso significa que ni siquiera un supuesto embargo pondría en riesgo la operación de la institución en el país.