En la capital de Tailandia, Bangkok, se han instalado máquinas expendedoras con mascarillas de tela en varias estaciones de tren urbano, a raíz de la imposición a todos los pasajeros de portar el cubrebocas durante su viaje para frenar la expansión de la COVID-19.
Las mascarillas, confeccionadas por presos del Departamento de Correccionales, se pueden adquirir desde este jueves y cuestan 25 bat por unidad (0,76 dólares o 0,7 euros).
Tailandia, que a mediados de enero fue el primer país en detectar infectados por el coronavirus fuera de China, anunció este jueves 54 nuevos casos, lo que aumenta el total a 2.423 infectados, entre ellos 32 decesos.