Las misiones de rescate de diez mineros atrapados en una mina de carbón de México continúan presentando complicaciones luego de que socorristas se vieran obligados a abandonar un último esfuerzo este miércoles por el riesgo de desplomes y los abundantes restos de madera y otros obstáculos que taponan su camino.
Las expediciones infructuosas han provocado un aumento de la desesperación de los familiares de los trabajadores atrapados, ya que los expertos indican que existen bajas posibilidades de supervivencia tras una semana bajo tierra, sin agua ni comida y, en el peor de los casos, sin reservas de aire en la zona subterránea.
La mina, situada en el Estado de Coahuila, al norte de México, se inundó al romperse un tabique natural que la separaba de otra antigua extracción anegada de agua después de décadas de abandono.
Una decena de trabajadores quedaron atrapados a 34 metros de profundidad debido a la súbita inundación. Desde entonces, nadie ha vuelto a tener contacto con ellos y ni siquiera se sabe si perecieron en el accidente.
La única esperanza de los equipos de rescate es que hayan conseguido resguardarse en algún punto donde no llegó el agua y estuvieran aprovechándose de una bolsa de aire para sobrevivir.
El operativo de salvamento ha extraído en esta semana 125.453 metros cúbicos de agua, el volumen suficiente para que el nivel haya descendido parcialmente y el grupo de rescate del Ministerio de Defensa pudiera entrar en la mina.