En los últimos tres meses la región de las Américas ha sido la más afectada en todo el mundo por la pandemia del coronavirus, provocando una crisis sin precedentes que ha puesto en riesgo avances sanitarios logrados durante años y ha hundido la economía a su nivel histórico más bajo, dijeron el jueves la Organización Panamericana de la Salud y la Comisión Económica para América Latina y El Caribe.
En toda la región, incluyendo a Estados Unidos y El Caribe, se han registrado casi nueve millones de casos de coronavirus y cerca de 350.000 muertes, según información reportada por los países a la OPS. Cerca de la mitad de los casos —más de 4,5 millones— corresponden a Latinoamérica y la otra mitad a Estados Unidos.
“No es sorprendente que una pandemia de esta magnitud haya desatado una triple crisis en nuestra región”, expresó la directora de la OPS, Carissa Etienne, en una conferencia de prensa virtual conjunta con la secretaria ejecutiva de Cepal, Alicia Bárcena. “Hace estragos en nuestros sistemas de salud, fractura nuestra protección social y desestabiliza nuestra economía”, dijo la funcionaria tras destacar que los gobiernos necesitan implementar políticas interdisciplinarias.
Las declaraciones de Etienne tuvieron lugar el mismo día en que ambas organizaciones difundieron un informe en el que instan a los gobiernos de la región a tomar medidas urgentes para evitar una crisis humanitaria y alimentaria en la región.
El informe “Salud y economía: una convergencia necesaria para enfrentar el COVID-19 y retomar la senda hacia el desarrollo sostenible en América Latina”, destaca que no puede haber recuperación económica si no se controla la pandemia, y pide a los países que aumenten el gasto fiscal para controlar el brote y favorecer la reactivación y reconstrucción económica.
Ambas organizaciones consideran que la salud es un tema prioritario, y su cuidado es un derecho humano al que toda la población debe tener acceso.
Bárcena enfatizó que los gobiernos deberían cambiar el modelo económico y pensar en uno más inclusivo que atienda las necesidades de las poblaciones más pobres y vulnerables, que han resultado también las más afectadas por la pandemia.
“Avanzar en la igualdad es fundamental para el control eficaz de la pandemia y para la recuperación económica y sostenible” en la región, dijo la secretaria ejecutiva de CEPAL. “Por ello cambiar la estrategia de desarrollo es esencial”, expresó tras admitir que es un desafío para los países conseguir dinero extra para aumentar el gasto destinado al sector de la salud y social.
En América Latina el gasto público en salud promedia el 3,7% del PIB, lejos de la meta recomendada por la OPS del 6%. En la región, más de un tercio del financiamiento de los gastos de salud (el 34%) es financiado por los hogares, y no por los gobiernos.
La pandemia ha provocado la recesión económica más pronunciada de la historia de Latinoamérica y El Caribe, con una contracción del crecimiento regional prevista en 9,1% para 2020. Por eso se prevé que el nivel del PIB per cápita al término de 2020 sería similar al de 2010, lo que representa un retroceso de una década, según CEPAL.
La pobreza, en tanto, aumentará 7 puntos porcentuales para alcanzar al 37,3% de la población (unos 231 millones de personas, 45 de ellas nuevos pobres).
En el sector sanitario, por otra parte, la pandemia ha interrumpido servicios básicos de salud, entre ellos, programas de atención de enfermedades crónicas como VIH y la malaria, haciendo que las Américas enfrenten el riesgo de perder en cuestión de meses todos los avances que se habían logrado en salud durante años, según Etienne.
Con 2,5 millones de infectados y 88.000 muertos, Brasil es el país más afectado de América Latina, seguido por México, que reporta unos 403.000 casos y 44.900 muertos.
Hace seis meses, cuando la Organización Mundial de la Salud declaró al COVID-19 como una emergencia sanitaria pública, las Américas tenían sólo ocho casos y ninguno de ellos en Latinoamérica o El Caribe.
A nivel global, más de 17 millones de personas se han enfermado y más de 668.000 han muerto de coronavirus según el Centro de Ciencias e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins, que basa sus datos en los informes de los gobiernos y las autoridades de salud de cada país.
En la mayoría de la gente este virus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. Pero en algunas personas, sobre todo los adultos mayores y quienes padecen trastornos de salud subyacentes, puede causar enfermedades más graves e incluso la muerte.