Las principales ciudades de Colombia comenzaron su primer fin de semana de reconfinamiento estricto, como parte de las medidas preventivas para enfrentar una tercera ola de coronavirus, tras varios días de registrar más de 10 mil contagios diarios.
Las ciudades de Bogotá, Medellín y Barranquilla amanecieron con un tráfico inferior a lo habitual, pero superior a la primera cuarentena de hace un año, mientras que otras ciudades, como Cali o Cartagena de Indias, optaron simplemente por un toque de queda y cerrar las playas por la tarde.
Colombia, uno de los países latinoamericanos más afectados por la pandemia, rebasó este viernes los más de dos millones y medio de casos de covid-19, y contabiliza 65 mil283 muertes.
Los casos positivos y los fallecidos comenzaron a aumentar unos días antes de Semana Santa, después del segundo pico vivido en enero, y la tendencia actual es preocupante porque los contagios aumentan de forma agresiva, tras vivir el mes pasado una muy buena racha de menos de 5 mil casos al día.
En las calles de Bogotá únicamente se ve personas ejercitándose o paseando, una de las actividades permitidas, así como retenes de policía y un fuerte control de las autoridades, principalmente en las salidas de la ciudad.
Varios grupos de turistas en la céntrica plaza Bolívar fueron mandados a sus hoteles por la policía, al estar transitando por la calle al desconocer la situación en la ciudad. A pesar de que los hospitales bogotanos se encuentran aún en una situación controlada, con el 73.7 por ciento de las camas de las Unidades de Cuidados (UCI) ocupadas, la alcaldía decidió cerrar durante tres días, desde las cero horas de hoy.
La alcaldesa, Claudia López, explicó que con la medida se busca que «entre todos ayuden a bajar la expansión del virus en esta tercera ola que desafortunadamente está siendo súper agresiva».
«Parte de lo que tenemos que procurar como país es no estar todos al mismo tiempo en una situación difícil de manera tal que en este momento, por ejemplo Bogotá puede prestarle un back-up (apoyo) a las regiones que están en situación más difícil como parte de la solidaridad que tenemos siempre», afirmó la alcaldesa.
Mientras que en Medellín, uno de los epicentros de esta tercera ola, la capital del departamento de Antioquia comenzó la cuarentena el jueves, tras entrar en fase crítica por el colapso hospitalario con una ocupación de las UCI superior al 98 por ciento.
La mayor reducción se vio en el metro de la ciudad el viernes, que vivió una bajada del más del 50 por ciento en la ocupación de sus trenes, pero en las calles siguen caminando la gente y la Policía reportó casi 700 llamadas de vecinos quejándose del ruido por fiestas y reuniones anoche.
En el caribe colombiano, la tercera ola llegó fuerte a las ciudades de Barranquilla (capital del Atlántico) y Santa Marta (Magdalena), donde las restricciones iniciaron desde antes de Semana Santa, para intentar reducir el impacto que el turismo de playa pudiera ocasionar en esta zona. Barranquilla se encerró desde el viernes a las 18:00 horas y la circulación se redujo notablemente en los sectores más comerciales de la ciudad, aunque en los barrios del sur, más ahogados por la necesidad económica de salir a trabajar, la presencia de gente en las calles es más notoria.
La ola de infecciones en esta zona parece ser más agresiva que las anteriores, aunque las autoridades sanitarias aún no notificaron la presencia de nuevas cepas o variantes en el país, a pesar de la cercanía con Brasil y el flujo turístico que existe en la costa caribeña.