El fondo de inversión Rosemont Seneca del hijo del presidente estadounidense Joe Biden, Hunter Biden, participó en la financiación del programa biológico militar del Pentágono en Ucrania, dijo el teniente general Ígor Kirílov, jefe de las Fuerzas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas rusas.
Kirílov destacó que un documento firmado por el subsecretario de Estado del Gabinete ucraniano confirma que 30 laboratorios ucranianos realizaban actividades militares-biológicas.
«Tenga en cuenta que tiene ante sí un mapa de registro que confirma que exactamente 30 laboratorios ucranianos, ubicados en 14 lugares, participaron en actividades militares-biológicas a gran escala en Ucrania. El documento está firmado por Víktor Polishchuk, subsecretario de Estado del Gabinete de Ministros de Ucrania», dijo el general.
Añadió que, según el Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Estados Unidos controla 336 laboratorios biológicos en 30 países de todo el mundo.
El Ministerio de Defensa ruso considera que, en el contexto de las informaciones recibidas, es necesario pedir aclaraciones a Washington sobre los verdaderos fines de los laboratorios biológicos estadounidenses en el marco de una investigación internacional.
Al mismo tiempo, existe una estrecha relación entre el fondo y los principales contratistas del departamento militar de EEUU, incluido Metabiota, que junto con Black y Veach, es el principal proveedor de equipos para los biolaboratorios del Pentágono en todo el mundo, dijo el organismo.
Además del Pentágono, el programa está directamente involucrado en la implementación del programa por parte de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, la Fundación Soros y el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, y la supervisión científica se lleva a cabo, entre otros, por Los Laboratorio Nacional Alamos, que desarrolla armas nucleares como parte del Proyecto Manhattan, aseguró el Ministerio de Defensa.
Un esquema de movimiento de biomaterial
Kirílov enfatizó que el Ministerio de Defensa ruso ha revelado un esquema de movimiento de biomaterial desde el territorio de Ucrania hacia el extranjero, en total se han exportado más de 16.000 muestras biológicas.
Según Kirillov, los laboratorios biológicos de Ucrania participaron en un examen a gran escala de la inmunidad natural de la población para seleccionar los agentes más peligrosos específicamente para la población de una región concreta.
Recordó que solo la financiación de 2018 a 2020 fue de unos 32 millones de dólares. Según él, los documentos descubiertos por los militares rusos dicen que Estados Unidos, su personal y sus contratistas están exentos de la obligación de pagar impuestos u otras cargas similares que se cobran en Ucrania.
Señaló que, en el marco del proyecto estadounidense UP-8 en Lviv, Járkiv, Odesa y Kiev, se tomaron muestras de sangre a 4.000 militares para detectar anticuerpos contra los hantavirus y a otros 400 para detectar anticuerpos contra el virus de la fiebre del Congo-Crimea.
Posibles epidemias por envío de patógenos
Kirílov también manifestó que el traslado de biomateriales patógenos desde Ucrania a los países europeos podría dar lugar a un foco epidémico de escala comparable a la pandemia del COVID-19.
La situación actual con el envío de biomateriales patógenos desde Ucrania a los países de Europa podría provocar la pérdida de vidas y crear un foco de inestabilidad epidemiológica, cuya escala sería comparable a la pandemia del COVID-19″, dijo en una comparecencia ante la prensa.
Según el militar, hay ejemplos conocidos en los que la actividad del organismo militar estadounidense con agentes patógenos del ántrax acabó en emergencias de bioseguridad.
En particular, entre 2005 y 2015, desde el campo de pruebas Dugway (EEUU) se enviaron esporas viables de ántrax a 194 destinatarios en 10 países de todo el mundo, afirmó.
El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció el 24 de febrero el lanzamiento de una «operación militar especial» en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al «genocidio» por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es «la desmilitarización y la desnazificación» de Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.
Ucrania rompió las relaciones diplomáticas con Rusia, impuso la ley marcial en todo el territorio nacional, además del toque de queda en Kiev y otras ciudades, decretó la movilización general e instó a la comunidad internacional a activar «todas las sanciones posibles» contra el líder ruso.
Numerosos países, con excepciones como China, condenaron en términos enérgicos la operación militar de Rusia en Ucrania y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales.