El mandatario ha afirmado que es un «venganza» de los narcotraficantes, y que la denuncia forma parte de una conspiración entre la oposición y bandas criminales.
Un fiscal de Nueva York y un agente especial de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) han señalado al presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, de haber aceptado un soborno de un narcotraficante para ser protegido.
Ambas autoridades, pertenecientes a la Oficina Federal para el Distrito Sur de Nueva York, han afirmado que el narcotraficante hondureño Geovanny Daniel Fuentes Ramírez, quien fue detenido el pasado domingo en el Aeropuerto Internacional de Miami, sobornó a «un funcionario hondureño de alto rango» conocido como «CC-4«, a quien relacionan con el actual mandatario.
Según el fiscal de Manhattan, Geoffrey S. Berman, Fuentes Ramírez sobornó a la Policía y a «un político hondureño de alto rango», hermano de Tony Hernández, excongresista hondureño que será condenado por tráfico de drogas el 15 de abril en EE.UU.
¿Qué alega la corte?
En el documento difundido por la Corte de Nueva York, se expresa que, entre 2004 y 2020, organizaciones de narcotraficantes en Honduras trabajaron con el apoyo de políticos hondureños y funcionarios de seguridad para recibir cocaína enviada al país centroamericano a través de rutas aéreas y marítimas, con destino final a EE.UU.
Según la información que maneja la Justicia estadounidense, en 2013, aproximadamente, Fuentes Ramírez pagó por lo menos 25.000 dólares a un funcionario hondureño de alto rango, al que se hace referencia en la denuncia como «CC-4», a cambio de que se le protegiera de la acción de los cuerpos de seguridad. Aunque no se menciona el nombre del actual mandatario, en otro documento de la Corte del Distrito Sur de Nueva York se afirma que se trata del presidente centroamericano.
La respuesta del Gobierno
La Presidencia hondureña emitió un comunicado donde se afirma que los «narcotraficantes acuden a la misma táctica de desacreditar al único Gobierno que los ha enfrentado con valentía», y aseguran que se ha creado «una historia falsa sin sustento«, basada en «declaraciones de delincuentes, sin pruebas y sin respaldo».
Desde el Ejecutivo sostienen que los señalamientos forman parte de una «conspiración para socavar al Gobierno» donde participarían narcotraficantes, miembros de la oposición y grupos internacionales de crimen organizado. Esta acusación es atribuida a un supuesto «deseo de venganza» de 23 narcotraficantes que son prófugos de la Justicia hondureña, que han sido extraditados o que se han entregado a EE.UU.
Entre las cifras que se presentan en el comunicado, como parte de «los hechos tangibles» y «acciones reales del Gobierno» en la lucha contra el narcotráfico, se encuentran «más de 6.000 personas» detenidas por este delito, 500 bandas desarticuladas, 19.000 kilos de cocaína decomisados y 19 laboratorios de droga desmantelados, por citar algunas.
En el texto se cita, además, un informe del Comando Sur que respalda al mandatario hondureño, que arrojó que en 2019, solo 2 % de la droga que llegó a EE.UU. transitó por Honduras, mientras que antes de que se iniciara la gestión de Hernández, en 2014, la cifra correspondía a 70 %.
Este no es el primer escándalo de este tipo en el que se ve envuelto al presidente hondureño, pues un fiscal estadounidense lo acusó de recibir millonarios sobornos de narcotraficantes, incluyendo coimas de Joaquín Guzmán Loera, ‘El Chapo’. En esa oportunidad también negó su vinculación con el caso.