El Senado de Estados Unidos aprobó esta madrugada un plan de estímulo dotado de dos billones de dólares para amortiguar las consecuencias de la crisis del coronavirus, el mayor plan de rescate económico de la historia del país, más del doble del aprobado en la recesión del 2008. La legislación recibió 96 votos a favor y ninguno en contra, un consenso extraño en Washington que da idea de la sensación de urgencia imperante.
El acuerdo incluye ayudas directas a las familias, fondos para mejorar y ampliar la cobertura del desempleo para cubrir a trabajadores que normalmente no lo recibirían, así como cientos de miles de millones en forma de préstamos blandos a empresas, en algunos casos no reembolsables, y fondos para ayudar a los estados y ciudades a afrontar las consecuencias sanitarias de la pandemia del Covid-19.
La prioridad del plan de choque es hacer llegar dinero rápidamente a las familias para compensar la escasa protección social que ofrece el sistema en Estados Unidos. El acuerdo incluye el envío de un cheque único que en el caso de una familia de cuatro personas se elevaría a unos 3.000 dólares (alrededor de 1.200 dólares por adulto y 500 dólares por hijo menor), una ayuda de la que quedarían excluidas las rentas más altas.
El acuerdo, que ocupa 800 páginas, prevé complementar con 600 dólares semanales durante un plazo de cuatro meses el subsidio de desempleo que ofrezcan los estados a las personas despedidas como consecuencia de la actual crisis. A petición de los demócratas, de forma excepcional podrán acogerse al seguro del paro los trabajadores de la gig economy o economía colaborativa (repartidores de comida, taxistas…) y los autónomos tradicionales.