La descontaminación del aire como efecto positivo de la pandemia del coronavirus no determinó el cierre del agujero en la capa de ozono, según la portavoz de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Clare Nullis.
Un agujero en la capa de ozono sobre el Ártico, registrado como el más grande en la historia, se cerró completamente según información divulgada este viernes por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Se trata de la abertura que se extendía por más de un millón de kilómetros cuadrados en el área, alcanzando un tamaño récord en marzo de este año, debido a la presencia continua de sustancias dañinas para el escudo que protege la vida en la Tierra de niveles altos de radiación ultravioleta del Sol.
Ahora, la OMM confirma la noticia de que «el agujero de ozono se cerró en abril con el aumento de las temperaturas en la estratosfera, lo que culminó con la afluencia del aire rico en ozono desde las capas más bajas de la atmósfera».
El Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copérnico (CAMS, siglas en inglés) previamente había advertido que la capa de ozono sobre el Ártico se había agotado severamente a altitudes de alrededor de 18 km.
El CAMS también había señalado que «la última vez que se observó un agotamiento químico del ozono igualmente fuerte en el Ártico fue durante la primavera de 2011, y el agotamiento del ozono en 2020 parecía ser aún más fuerte.»
Pero la portavoz de la OMM, Clare Nullis aseguró recientemente que «la situación volvió a la normalidad y el agujero se cerró». Además, destacó que la contaminación del aire como efecto positivo del impacto de la pandemia del coronavirus, no determinó el cierre del agujero.