China volvió a tomar medidas contundentes cuando hace unos días se confirmaba un rebrote de coronavirus en Pekín, capital de la nación. Con 184 casos positivos, han saltado las alertas y la atención y el cuidado para que la situación no empeore hasta niveles máximos.El último parte del gobierno chino anunciaba esta cifra y desde el Ministerio de Salud compararon las similitudes entre el inicio de la pandemia en Wuhan hace varios meses atrás y este rebrote en la capital.
El epidemiólogo jefe Wu Zunyou destaca la importancia del origen. Según informó, las primeras muestras positivas salieron de zonas de un mercado en concreto en las que se vendían animales salvajes, marisco y distintos tipos de pescado. El factor principal que ayudaría a la propagación en estas áreas sería, según Zunyou, la baja temperatura y la alta humedad, unas condiciones óptimas para la supervivencia y propagación del coronavirus.
Así, China pondrá el foco en investigar estas ventas de pescado y otros animales salvajes porque se produjeron estos brotes en ambos mercados. Varios expertos locales apuntan que más que del pescado en sí podría ser de las tareas asociadas a su transporte y conservación como el hielo o el uso de agua en pulverizador.
Estos casi 200 contagios ‘repentinos’ han hecho que las autoridades reaccionen ordenando desde hace casi una semana el cierre de colegios, el confinamiento de los habitantes de ciertos barrios, la cancelación de vuelos, la restricción de movimientos en transporte público e incluso un frenazo al comercio de pescado nacional e internacional.