El Gobierno francés, en un contexto de fuerte rebrote del coronavirus, ha decidido imponer el uso de la mascarilla en los centros de trabajo, salvo en contadas excepciones, como los espacios individuales, y que sean las empresas las que paguen ese equipamiento de protección.
«Hemos decidido sistematizar la mascarilla en los espacios cerrados colectivos» dado el riesgo de contagio por aerosol (partículas que quedan suspendidas en el aire), explicó este martes a la prensa el secretario de Estado de Salud en el Trabajo, Laurent Pietraszewski.
Vía EFE