Una mujer de 34 años, nutricionista y profesora de educación física, murió luego de aplicarse una inyección de silicona para levantar sus glúteos. El procedimiento lo realizó en un salón de belleza no autorizado para la práctica estética y, producto de una mala praxis, perdió la vida.
Patricia Rodrigues dos Santos, de 34 años, falleció horas después de la aplicación de la silicona industrial en su cola en un comercio de Río de Janeiro, Brasil.
El procedimiento lo realizó el martes 20 de octubre. Luego de la práctica, la mujer se retiró del lugar con mareos y vómitos. Y llegó a su casa en un muy mal estado de salud. De allí fue trasladada a una clínica local, donde falleció a las pocas horas.
Patricia fue enterrada en el municipio de Niteroi el 22 de octubre. Los familiares presentes en el funeral dijeron a los medios locales que ella no les había informado del plan para someterse al procedimiento.
La policía dijo a los medios locales que sospechan que la mujer murió a causa de un coágulo de sangre y se está realizando una autopsia. Patricia supuestamente compró la silicona industrial ella misma.
La Policía Civil de Brasil pudo identificar al sospechoso de realizar el procedimiento estético en el comercio a través de la tarjeta de crédito utilizada por la mujer para pagar el servicio.
Según el oficial de investigación, Allan Duarte, el hombre, que no tiene licencia o permiso para operar la clínica, admitió haber realizado la intervención estética.
El procedimiento de inyectar aceite o silicona industrial líquida en cualquier lugar del cuerpo para lograr una mejor apariencia es ilegal y muy nocivo para la salud. Estos aceites por su estado líquido migran y producen lesiones no solo donde fueron inyectados sino también a distancia generando un daño mayor.