El conteo de votos avanza en Estados Unidos y la atención del mundo se comienza a concentrar en cuatro estados fundamentales que definirán quién ganará la elección presidencial en Estados Unidos. Los ojos se posan sobre Wisconsin, Michigan, Pensilvania y Georgia.
Estos estados suman un total de 62 votos electorales, de los cuales 16 corresponden a Georgia, 10 a Wisconsin, 16 a Michigan y 20 a Pensilvania, que además es el estado natal del candidato demócrata Joe Biden.
Se estima que los resultados finales en estos estados, donde se han recibido millones de votos enviados por correo, puedan demorarse varios días en conocerse.
Los de Wisconsin podrían conocerse entre hoy miércoles y mañana jueves, los de Michigan podrían llegar recién el viernes y el suspenso en Pensilvania podría estirarse hasta el fin de semana. En Georgia la balanza parecía inclinarse a favor de Trump durante la noche, pero en las primeras horas de hoy miércoles la ventaja del mandatario se reducía, volviendo a alimentar la incertidumbre sobre el resultado final en el estado sureño, un tradicional bastión republicano.
Pese a que el recuento continúa en varios estados, Donald Trump se proclamó ganador y denunció un fraude. Trump anunció que iba a acudir a la Corte Suprema de Justicia, al parecer para pedirle que detenga el conteo de votos enviados por correo.
“Nosotros ganamos esta elección”, dijo el mandatario en un discurso en la Casa Blanca. “Este es un fraude al público estadounidense (…) Queremos que la votación se detenga”, dijo.
La campaña de Biden rechazó las declaraciones de Trump calificándolas de “indignantes” y “sin precedentes”, y el equipo legal del demócrata se dijo “listo para actuar” si el presidente trata de detener el recuento.
Trump acusó asimismo a Biden de intentar “robar” la votación, en un tuit que inmediatamente fue etiquetado como “engañoso” por Twitter.
Antes, desde Wilmington, Delaware, Biden declaró que estaba “en camino” de lograr la victoria, y pidió paciencia a la población. “¡Mantengan la fe, ganaremos!”, prometió el ex vicepresidente de Barack Obama frente a simpatizantes congregados en sus automóviles. “Esto no se acaba hasta que cada voto sea contado”, añadió.