Brasil registró este martes 964 nuevos fallecidos relacionados con la covid-19, la mayor cifra diaria de decesos desde el pasado 30 de septiembre (1.031) y que evidencia una aceleración de la pandemia en el país en vísperas de las fiestas navideñas.
El número de muertes asociadas al nuevo coronavirus asciende ahora hasta los 182.799 en este país de 212 millones de habitantes, según el último boletín divulgado por el Ministerio de Salud.
Las autoridades brasileñas reportaron además 42.889 casos de la enfermedad en las últimas 24 horas, con lo que el balance total de contagios se sitúa ahora en los 6.970.034.
Brasil es segundo país del mundo con más muertos provocados por la crisis sanitaria del coronavirus, solo detrás de Estados Unidos, y el tercero con más infectados, después de la nación norteamericana y la India.
La tasa de incidencia sigue estando disparada en los 3.317 casos de covid-19 por cada 100.000 habitantes, mientras que el índice de mortalidad continúa en los 87 decesos en la misma proporción, una de las más altas a nivel global.
Las cifras de la pandemia en Brasil empezaron a bajar muy tímidamente desde finales de agosto y se mantuvo en esa tendencia hasta mediados de noviembre, cuando volvieron a incrementarse tanto el número de casos como el de fallecidos.
En noviembre se celebraron elecciones municipales en los 5.570 municipios del país, lo que generó aglomeraciones durante el periodo de campaña, pese a las recomendaciones de las autoridades electorales hacia los candidatos para evitar al máximo los mítines en las calles.
El Gobierno de Jair Bolsonaro niega que exista una «segunda ola» de coronavirus, aunque reconoce un recrudecimiento en el número de casos y muertes en algunas regiones del país que atribuye a un «relajamiento de las recomendaciones sanitarias» por parte de la población.
No obstante, algunos especialistas epidemiológicos ya hablan en esos términos, aunque remarcan que Brasil nunca terminó de dejar la primera ola, y han pedido un endurecimiento de las restricciones de la movilidad para evitar el colapso del sistema público de salud, lo que ya ha ocurrido en algunos estados.
La situación vuelve a ser especialmente preocupante en Sao Paulo y Río de Janeiro, los dos estados con mayor números de muertes por coronavirus (44.282 y 23.887, respectivamente), así como en algunos del sur del país, como Paraná, fronterizo con Argentina y Paraguay.
En medio de este nuevo repunte de la pandemia, la Alcaldía de Río de Janeiro informó este martes de la cancelación de su tradicional fiesta de Nochevieja y Año Nuevo («Reveillon»).
Por su parte, el mandatario brasileño, quien censura el uso de mascarilla y la imposición de cuarentenas, afirmó la semana pasada que el país está «en el finalito de la pandemia» e instó a la población a no «acobardarse» ante el virus, ni a crear un «sentimiento de pavor».
La atención ahora está puesta en el plan de vacunación de su Gobierno, una vez que algunos países como Estados Unidos y Reino Unido ya han empezado a inmunizar a su población y puesto que en Brasil se están probando de forma experimental varios antídotos contra la covid-19.
Sin embargo, la Abogacía General de la Unión, que representa al Estado brasileño, informó a la Corte Suprema que «aún no hay una vacuna disponible para su uso inmediato en el mercado brasileño» y que su eventual aplicación y distribución dependerá del aval de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa, regulador).