Las energías fósiles, con efectos sobre el clima y la salud, ya deberían de quedar en el pasado, es momento de trabajar de la mano con nuestro medio ambiente y pensar en nuestro futuro.
En Centroamérica hay mucho potencial para las energías renovables en hidro, geotermia, eólica y en biomasa. Tal es el caso de Nicaragua, donde se construyó un parque que aprovecha las excelentes condiciones del viento.
Expertos han hecho estudios y se ha detectado que Panamá es uno de los mejores países para producir energía eólica. Por su ubicación entre el Caribe y el Pacífico, las corrientes de aire son muy buenas.
En el caso de El Salvador, el autoconsumo energético promete un futuro altamente rentable; pues es sostenible y la ubicación del país juega a favor, ya que permite la instalación de plantas fotovoltaicas a lo largo y ancho del territorio nacional.
Estamos en una región donde la incidencia de la radiación solar es muy alta y por ello los rendimientos de las plantas solares son muy elevados, sin incurrir en extrema tecnología. Estos rendimientos elevados en generación de energía representan rendimientos económicos también.
A manera de comparación con otros países de la región, a pesar de estar tan cerca, tenemos mejor respuesta en producción de energía que en zonas de Guatemala, por ejemplo.
A este beneficio ambiental se suma que la energía renovable es una alternativa ante los altos precios de la electricidad en la región.
En Belice es carísima la electricidad, en República Dominicana también, entonces ¿vale la pena?. Pues, sí. Un parque eólico puede competir perfectamente con este nivel de tarifas eléctricas y en los lugares alejados que no están conectados a la red también es mejor y más rentable.
Frente al cambio climático, se requiere ser más práctico y tener verdaderas soluciones.
Ahora, la pregunta es: ¿si el cambio climático se puede aprovechar para impulsar el desarrollo, porque no se ha hecho?
La respuesta es sencilla, los mismos políticos de siempre que nos ha representado en el Parlamento Centroamericano (PARLACEN) no se han preocupado nunca por trabajar articuladamente con los países vecinos para traer beneficios a nuestro país.
Por un lado, se debe de mover toda una maquinaria de investigación y desarrollo. Pero este solo es un eslabón de la cadena; el siguiente eslabón es el desarrollo y construcción de la infraestructura necesaria para el aprovechamiento de energías de fuente renovable.
Esta infraestructura también permite la creación de empleo, suministro de energía para mover el aparato productivo, pago de tarifas para los operadores del servicio, etc.
Mi interés es este, que impulsemos la matriz energética verde, para salvar nuestro planeta y generar empleos a nuestra gente.
Como candidata de Nuevas Ideas por el PARLACEN les propongo trabajar e impulsar las energías renovables. Es momento de priorizar, dejar consignas estériles y trabajar de manera comprometida. Estamos abusando del planeta y nos olvidamos que los recursos no son eternos, las energías renovables, definitivamente son otra materia pendiente en Centroamérica para impulsar el desarrollo.