El número total de contagios desde el inicio de la pandemia llegó a 21,4 millones. La esperanza del país es la campaña de vacunación, que ya fue abierta a mayores de 18 años y que tiene el desafío de inmunizar a 1.350 millones de personas.
India continúa rompiendo sus propios récords de infecciones por coronavirus y este viernes registró 414.188 casos en solo 24 horas, además de rozar las 4.000 muertes diarias, en medio de una virulenta segunda ola que ha provocado un colapso sanitario y escasez de oxígeno.
El número de contagios desde el inicio de la pandemia en este país de unos 1.350 millones de habitantes asciende ya a 21,4 millones, según los últimos datos del Ministerio de Salud indio, haciendo de la India el segundo país más afectado del mundo solo por detrás de Estados Unidos (32,6 según la Universidad Johns Hopkins).
India registró además 3.915 muertes por la covid-19, una cifra algo menor el récord registrado ayer y que eleva el número total de fallecimientos a 234.083.
El programa de vacunación abierto el pasado sábado a toda la población mayor de 18 años es visto como la principal esperanza para salir de esta crisis, en medio de una virulenta segunda ola y mientras las autoridades sanitarias han advertido en los últimos días que una tercera ola del virus es inevitable.
El país ha administrado en las últimas 24 horas 2,3 millones de vacunas, un número al alza tras verse ralentizado por la falta de dosis en varios estados. El país ha administrado 164 millones de inyecciones desde que arrancó el “programa de vacunación más grande del mundo” el pasado enero.
Sin embargo, hasta la fecha poco más de un 2 % de la población india ha sido inoculada por completo con una de las fórmulas aprobadas en el país, Covishield de AstraZeneca, que fabrica el Instituto Serum de la India (SII), o Covaxin, del laboratorio indio Bharat Biotech; a lo que se suma la importada Sputnik V rusa.
La segunda ola de la pandemia ha puesto al límite el sistema de salud indio, con escasez de oxígeno y camas en ciudades como Nueva Delhi.
Este alza de casos ha sido atribuida en parte a una relajación de las medidas contra el coronavirus por la población y a la organización de eventos multitudinarios, como enormes mítines electorales o el festival religioso Kumbh Mela.
El Gobierno indio ha reconocido, sin embargo, que el espectacular aumento de casos en el último mes y medio en numerosos estados del país muestra una “correlación” con la mayor presencia de la variante india “doble mutante” B.1.617.