Por primera vez, después de 30 años, el Sistema Penitenciario de El Salvador se encuentra en un modelo de orden, control y disciplina. Durante la actual gestión presidencial, la comunidad privada de libertad ha sido incorporada para desarrollar acciones en beneficio de las comunidades y de esta manera pueden resarcir, en parte, el daño causado a la sociedad.
Las instituciones del Gobierno del Presidente Bukele trabajan de manera articulada y han incluido mano de obra de los reos para crear hábitos positivos y disciplina laboral. Con estas acciones se ha roto al 100 % con el ocio carcelario y hay un quiebre de las acciones que convertían a las cárceles en universidades del crimen.
En el interior de los centros penales, a través del Plan Cero Ocio, los presos ocupan su tiempo para desarrollar actividades productivas, y todos los días, 2,000 reos en Fase de Confianza salen a las calles a brindarle un servicio a la sociedad.
Los privados de libertad reconocen que en el interior de las Granjas Penitenciarias están produciendo su propia alimentación; convirtiendo espacios autosostenibles, lo cual les capacita para su futura vida en libertad. Todos los reos están ocupando su tiempo para desarrollar actividades productivas y tareas de apoyo social.
El director general de Centros Penales, Osiris Luna, afirmó que la institución se mantiene firme en cumplir los lineamientos del mandatario de fortalecer la reinserción para promover los pasos para que los reos se reinserten adecuadamente en la sociedad.
Los internos en la Fase de Confianza apoyan con su trabajo en la limpieza de playas, la reparación de centros educativos y su mobiliario, hospitales de la red de salud pública, infraestructura policial, viviendas para familias de escasos recursos, entre otras acciones, en beneficio de la comunidad.