Luego de la crisis política para el control del Congreso de Honduras, el Presidente de la República, Nayib Bukele, cuestiona los intereses de algunos grupos, quienes intentaron hacer lo mismo en El Salvador.
«Lo que pasó en Honduras es exactamente lo que intentaron hacer aquí. Pero aquí los expusimos y los sancionamos. Pero aquí los expusimos y los sancionamos. Allá confiaron en ellos y les robaron el Congreso», dijo el mandatario salvadoreño.
Aclaró de forma categórica que «no se puede confiar en ellos. Mientras te soban la espalda, te apuñalan», en referencia a los políticos que buscan desestabilizar los procesos democráticos a cambio de dádivas y favores políticos.
A finales de octubre del año pasado, el partido Nuevas Ideas separó de forma a los diputados Gerardo Balmore Aguilar (San Vicente) y José Ilofio García (Cabañas), a quienes señala de haber sostenido una reunión con Roy García, secretario general del Partido Independiente Salvadoreño (PAIS), que se encuentra formación.
El objetivo de estos diputados, que actualmente se encuentran en proceso de desafuero, era dividir a la Bancada Cyan, a fin que el Gobierno del Presidente Nayib Bukele no tuviera la correlación necesaria para ejecutar los proyectos de país.
Se ha conocidos que tras este escándalo se mencionó a la embajada de Estados Unidos como artífice de estos intentos políticos para afectar al actual gobierno.
Caso Honduras
El Congreso de Honduras inauguró este viernes sus labores legislativas 2020-2026 con la elección de su directorio provisional en medio de golpes, gritos y empujones desatado por la rebelión de 20 diputados del partido de la presidenta electa, Xiomara Castro.
La crisis al interior de Libre estalló la noche del jueves, cuando Castro –que ganó en las elecciones del 28 de noviembre al candidato del PN, Nasry Asfura– convocó a los 50 diputados de su partido para pedirles que apoyaran al legislador Luis Redondo como presidente del Legislativo, pero 20 no asistieron al encuentro.
«La ausencia de los 20 diputados es el augurio de una traición contrarrevolucionaria al partido y al pueblo hondureño que derrocó la narcodictadura (…) al imponer un plan de la élite corrupta que dirige (el actual presidente) Juan Orlando Hernández», declaró la presidenta electa tras la reunión.
Castro ganó las elecciones con la propuesta de impulsar transformaciones sociales que rescaten al país de la pobreza, la corrupción y el narcotráfico que infiltró las estructuras del Estado, lo que ha sido bien visto por Estados Unidos al favorecer su política antimigratoria.
La presidenta electa ganó con una alianza entre Libre, coordinado por Manuel Zelaya –su esposo y expresidente derrocado en 2009– y el Partido Salvador de Honduras (PSH), del excandidato Salvador Nasralla.