El terremoto del viernes 10 de octubre de 1986, a las 11:49 a.m., ha sido uno de los más destructivos que ha sacudido a El Salvador. De acuerdo con las autoridades, fue un movimiento horizontal de las fallas bajo San Salvador, con una profundidad de entre 9.9 y 10.9 kilómetros.
El evento telúrico de magnitud 5.7, cobró la vida de 1,530 personas, 10,000 heridos, aproximadamente 200,000 damnificados y $1,031 millones en pérdidas económicas. Una de las cifras de mayor muertes antes de esta tragedia era 125, luego de un terremoto ocurrido el 3 de mayo de 1965, con magnitud de 6.0.
El epicentro del gran terremoto se dio al sureste de San Salvador, entre los municipios de San Marcos y Santo Tomás, donde la dirección de propagación fue en la zona metropolitana, experimentando el mayor número de daños.
Mientras que, el hipocentro que es el punto interior en la tierra donde se producen los sismos. En 1986, comenzó en una profundidad de aproximadamente 10 kilómetros, siendo relativamente superficial, por lo tanto, esto fue una de las causas que hizo que el impacto en la superficie fuera mayor.
Las frágiles edificaciones de aquella época no estaban diseñadas para soportar un movimiento telúrico de esa magnitud y el centro de la tragedia tuvo nombre: Rubén Daría, un edificio que se encontraba frente al antiguo ANTEL.
Después del sismo, las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente (MARN) identificaron 2,745 réplicas, de las cuales 700 fueron sentidas por la población.