Las reformas a la Ley de Tránsito endurecen las sanciones para quienes conduzcan bajo los efectos del alcohol. El ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, destacó que en el pasado las multas eran insuficientes para evitar accidentes graves, incluso fatales, ya que los infractores conciliaban sin mayores consecuencias legales.
«Antes, si una persona salía con 80 grados de alcohol en la prueba, solo recibía una multa. En algunos casos, aunque hubiera fallecidos, todo quedaba en conciliación», explicó Rodríguez.
Con la normativa actual, las sanciones se han fortalecido:
- Multa de 150 dólares por primera infracción.
- Suspensión de la licencia por un año en la primera ocasión y de por vida en caso de reincidencia.
- Asistencia obligatoria a cursos de reeducación vial durante un año.
Adicionalmente, las personas que se nieguen a realizar la prueba de alcoholemia serán detenidas al menos por 72 horas, como ocurrió recientemente con un extranjero que rechazó someterse al procedimiento. Aunque no se le puede retirar su licencia estadounidense, esta no será válida en El Salvador durante un año.
Estas reformas buscan fomentar una cultura de responsabilidad vial y reducir los siniestros causados por conductores bajo los efectos del alcohol, especialmente en períodos festivos como diciembre.