Este 10 de enero, Nicolás Maduro asumió su tercer mandato presidencial, extendiendo el régimen chavista hasta 2031. La ceremonia, marcada por aplausos forzados de sus adeptos y un despliegue de la cúpula militar, refuerza la concentración de poder que ha caracterizado su gobierno. Sin embargo, su reelección ha sido duramente cuestionada tanto dentro como fuera de Venezuela, debido a acusaciones de fraude electoral y constantes violaciones a los derechos humanos.
Maduro, quien ahora proyecta 18 años al frente de la nación suramericana, busca perpetuar el modelo instaurado por Hugo Chávez, su predecesor y mentor político. Bajo una fachada de «presidente obrero» y “hombre de pueblo”, el dirigente de 62 años ha enfrentado severas críticas por la grave crisis económica y humanitaria que atraviesa Venezuela, con millones de ciudadanos huyendo del país en busca de mejores condiciones de vida.
En contraste, la figura de María Corina Machado emerge como un símbolo de resistencia frente al autoritarismo chavista. La líder opositora ha denunciado con firmeza las irregularidades en el sistema electoral venezolano, al tiempo que aboga por un cambio democrático que restaure la libertad y la prosperidad en el país. Sus propuestas, centradas en reactivar la economía y garantizar la justicia social, han encontrado eco en amplios sectores de la población que ven en ella una esperanza frente a años de opresión y crisis.