El Salvador, ubicado en una de las zonas tectónicas más activas del mundo, enfrenta un riesgo sísmico constante debido a la interacción entre las placas de Cocos y del Caribe. Esta actividad sísmica, aunque impredecible, puede tener un gran impacto en la población y la infraestructura del país. Por ello, el gobierno, en colaboración con expertos y organismos internacionales, ha implementado diversas estrategias para prevenir y mitigar los efectos de los sismos, poniendo en primer plano la seguridad y bienestar de los ciudadanos.
A través de la creación de una infraestructura de monitoreo sísmico robusta, El Salvador ha logrado posicionarse como líder en la región en términos de preparación y respuesta ante eventos sísmicos. El país cuenta con una red de 107 estaciones sísmicas distribuidas en 21,040 km², lo que equivale a una estación cada 196 km². Esta alta densidad de estaciones permite una cobertura más detallada y precisa de los sismos ocurridos tanto dentro del país como en otras partes del mundo.
A modo de comparación, Nicaragua, Guatemala y Honduras tienen una menor densidad de estaciones sísmicas, con una estación por cada 905 km², 2,000 km² y 7,000 km² respectivamente. Esta diferencia subraya la ventaja que tiene El Salvador en términos de monitoreo y respuesta a desastres naturales.
El lanzamiento del nuevo Dashboard de respuesta, que permite estimar métricas de riesgo sísmico en tiempo real, es una muestra más del compromiso del gobierno con la preparación ante desastres. Este sistema fue desarrollado en el marco del proyecto FORCE (Pronóstico y Comunicación de Amenaza y Riesgo por Terremotos) y se apoya en la colaboración con Global Earthquake Model (GEM). El Dashboard proporciona información vital a instituciones de primera respuesta, como Protección Civil, permitiendo conocer rápidamente las zonas más afectadas, estimar posibles pérdidas económicas y tomar decisiones informadas para priorizar los recursos de rescate.
Además, el país cuenta con 14 estaciones de banda ancha en su red sísmica, lo que le permite monitorear sismos de gran magnitud que ocurren incluso en lugares tan distantes como Japón, Chile e Indonesia. Esta capacidad de detección temprana proporciona al país una ventaja significativa en la gestión de riesgos, al poder anticipar posibles réplicas y preparar las respuestas necesarias con mayor antelación.
El ministro Fernando López resaltó la importancia de la infraestructura sísmica en el contexto de la exposición del país al riesgo sísmico y explicó que todo el trabajo realizado por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales tiene como objetivo reducir el riesgo, mejorar la planificación y permitir una alerta temprana ante la ocurrencia de sismos. El ministro también enfatizó que la constante actividad sísmica es un recordatorio de la necesidad de seguir invirtiendo en la prevención, la educación sobre desastres y la mejora de las capacidades de respuesta ante emergencias.
Este esfuerzo continuo, que ha convertido a El Salvador en un referente en la región, es posible gracias al liderazgo del Presidente Nayib Bukele, quien ha impulsado políticas públicas orientadas a la resiliencia ante desastres naturales. Con estos avances, El Salvador se prepara no solo para enfrentar los sismos, sino también para salvar vidas y minimizar el impacto en la infraestructura nacional.
El gobierno, a través del Ministerio de Medio Ambiente y otras entidades, continúa trabajando para asegurar que El Salvador sea un país más seguro, con una mayor capacidad de respuesta ante fenómenos sísmicos y, en última instancia, un país más resiliente frente a los riesgos naturales.