David Ayala, fundador de Waxbox, compartió que su emprendimiento nació con la idea de ofrecer algo más que un simple objeto. «Quería crear una necesidad en el cliente de dar algo fuera de lo común, un detalle que evoque sensaciones y sea especial», explicó.
Uno de sus principales desafíos ha sido dar a conocer su marca en un mercado competitivo. Sin embargo, destacó el apoyo que ha recibido en el proceso. «El Ministerio de Trabajo y CONAMYPE han sido clave, me han brindado capacitaciones, recomendaciones y oportunidades que me han abierto puertas a las que solo no hubiera podido acceder», señaló.
Para Ayala, emprender requiere determinación y pasión. «El miedo siempre va a existir, pero no hay que dejar que nos paralice. Todo es un proceso, si las cosas no se dan a la primera, se darán a la segunda. Es cuestión de intentarlo y no rendirse», afirmó.
Además, resaltó la importancia del amor y la creatividad en su trabajo. «Si no tienes amor por lo que haces, se dificulta bastante hacerlo bien. La creatividad juega un rol clave, es mi máquina de ideas, donde transformo cada concepto en una vela única», mencionó.
Ayala también destacó el papel fundamental de su familia en su camino emprendedor. «Mi familia es mi motor, sin su apoyo y el de mi mamá, esto no sería posible», concluyó.