El distrito de Tonacatepeque ya está listo para recibir a miles de visitantes en una de las festividades más esperadas del año: el Festival de la Calabiuza 2025, una tradición cien por ciento salvadoreña que mezcla cultura, leyendas y la creatividad popular en un solo desfile.
Cada 1 de noviembre, las calles del municipio se transforman en un escenario donde cobran vida personajes del imaginario cuscatleco como La Siguanaba, El Cipitío, El Cadejo y El Padre Sin Cabeza, todos acompañados del sonido de tambores, antorchas y la famosa “carreta chillona”, que anuncia la llegada de las ánimas.
La celebración inicia desde tempranas horas con presentaciones culturales, venta de artesanías y gastronomía típica. Sin embargo, el momento más esperado es el gran desfile nocturno, que parte del cementerio municipal hacia el parque central, iluminando el camino con calabazas talladas y velas encendidas, conocidas como “calabiuzas”.
Y si hay algo que no puede faltar en esta fiesta es el ayote en miel, uno de los sabores más característicos de la temporada. Este postre, hecho con panela y canela, se comparte entre los asistentes como símbolo de unión y tradición familiar.
La Calabiuza no solo rinde homenaje a los difuntos, sino que también celebra el ingenio y la identidad del pueblo salvadoreño, que año con año mantiene viva una costumbre que combina lo místico con lo festivo. Este 2025, Tonacatepeque promete una noche donde la cultura, la memoria y el sabor del ayote se funden bajo el brillo de las velas y el eco de las leyendas.
