La Luna Fría es un fenómeno astronómico que corresponde a la última luna llena del año, generalmente observada en diciembre. Su nombre proviene de las tradiciones del hemisferio norte, donde esta luna coincide con las noches más frías y largas, justo antes del inicio del invierno.
Este evento no solo es relevante para astrónomos y aficionados a la observación del cielo, sino también para culturas que le asignan significados simbólicos relacionados con la renovación y la preparación para el año nuevo. La Luna Fría se caracteriza por su brillo intenso y, en algunos casos, por aparecer con un tono más anaranjado cuando se encuentra cerca del horizonte.
Para quienes desean observarla, la Luna Fría es visible a simple vista y no requiere equipamiento especial. Las condiciones ideales son cielos despejados y alejados de la contaminación lumínica. Además, este fenómeno sirve como referencia para agricultores y comunidades tradicionales que siguen calendarios lunares.
