Cada 13 de enero, El Salvador recuerda una de las mayores tragedias de su historia moderna: el terremoto de magnitud 7.6 que sacudió al país en 2001. A las 11:33 de la mañana, un sismo de 45 segundos marcó la vida de miles de salvadoreños, dejando 944 muertos, 125 desaparecidos y más de un millón de damnificados, según cifras oficiales.
La mayor tragedia ocurrió en la colonia Las Colinas, Santa Tecla, donde un deslave proveniente de la Cordillera del Bálsamo sepultó cerca de 200 viviendas, cobrándose la vida de más de 600 personas. Otras zonas, como la carretera hacia Los Chorros y Comasagua, también resultaron gravemente afectadas, con derrumbes que sepultaron vehículos y causaron numerosas víctimas.
El terremoto, con epicentro a 55 kilómetros de la playa Los Blancos, en La Paz, y a 55 kilómetros de profundidad, no solo dejó cicatrices en la infraestructura del país, sino también en la memoria de aquellos que vivieron esta tragedia. Santa Tecla reportó un saldo de 685 fallecidos, 1,364 lesionados y 43,699 damnificados, convirtiéndose en una de las áreas más afectadas.
Este 13 de enero se cumplen 24 años de un evento que dejó una marca imborrable en la historia y el corazón de los salvadoreños.