No todo en política es válido para vencer a tu enemigo, más cuando se trata de negociar la vida de salvadoreños a cambio de obtener la mayor cantidad de votos para ganar una elección presidencial.
Si bien es cierto, la historia está llena de contradicciones, mentiras, conspiraciones y muchas cosas más; sin embargo, eso no tendría que justificar, o no tomarle la importancia que se debe o ni siquiera mostrar un rechazo el hecho de que políticos salvadoreños negociaran con criminales a cambio de votos para ostentar el poder.
Por un lado, a los salvadoreños se les venía diciendo el fiero combate que el Estado tenia a los grupos criminales que operan en el país, pero por el otro lado, se negociaba, se pactaba con estos grupos.
ARENA y el FMLN convirtieron a las pandillas salvadoreñas en actores políticos que decidían el gane de una elección presidencial.
Ambos partidos negociaron el ministro de seguridad que querían. Negociaron la reducción o el incremento de los homicidios. Reducir la operatividad policial. Planes gubernamentales para ellos y su núcleo familiar, entre otras cosas más.
Ya se han de imaginar o hacerse una aproximación a lo que sentirá un ciudadano honrado, al enterarse de todo las facilidades y oportunidades que entregaron ambos partidos políticos a los grupos criminales.
Este caso, tendría que haberse convertido en un escándalo nacional e internacional, y tener el rechazo de todo el pueblo, comunidad internacional, iglesias, tanques de pensamiento, universidades, etc.
En otros países un escándalo de este tipo hubiera significado la cancelación de ambos partidos políticos, pero no ha sucedido en El Salvador. No ha sucedido, hasta este momento, algo transcendental que marque a ambos partidos.
Si bien es cierto, el pueblo ya dio un mensaje en las pasadas elecciones al elegir a un presidente joven y que no está relacionado con los partidos políticos ARENA y el FMLN.
Pero el pueblo debe de seguir enviando mensajes contra estos partidos políticos, pero no solo contra ellos, sino también a su red de «analistas», «periodistas», «tanques de pensamiento», «especialistas» y «organizaciones» e instituciones relacionados con los mismos de siempre.
El hecho de ni siquiera tener la capacidad de pedir perdon , deja mucho que decir de lo capaz que pueden ser estos mismos partidos politicos.