El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó este miércoles una orden ejecutiva para «garantizar el desarrollo responsable de los activos digitales».
Con la orden ejecutiva, Biden gira instrucciones al Departamento del Tesoro y a otras agencias federales para que evalúen el impacto de las criptomonedas en la estabilidad financiera y la seguridad nacional.
Aunque la orden se ampara en la necesidad de mitigar los riesgos que conlleva el uso de estos activos, el texto deja claros los tres aspectos que parecen motivar a la Casa Blanca para avanzar con contundencia: Evitar que las criptomonedas puedan usarse «para eludir los regímenes de sanciones»; el deseo de mantener su hegemonía financiera en el sistema global y la «máxima urgencia» de investigar «las posibles opciones de diseño e implementación de un Banco Central» de monedas digitales en EE.UU.
Según el documento, la estrategia de la Administración de Biden es movilizar el entramado gubernamental en seis áreas claves: La protección de consumidores e inversores, la estabilidad financiera, la financiación ilícita, el liderazgo de EE.UU. en el sistema financiero global y competitividad económica, la inclusión financiera y la innovación responsable.
Biden también pide a la Reserva Federal explorar la posibilidad de crear su propia divisa digital (conocida como CBDC, por su acrónimo en inglés), que son diferentes a las criptomonedas al estar amparadas por esas entidades financieras de un país.