En Chile crece velozmente el número de casos de COVID-19.
La propagación del coronavirus siguió marcando récords en Chile: el pasado 25 de mayo se registraron 4.895 casos en las últimas 24 horas, con lo que llega a un total de 73.997 enfermos, mientras que se reportaron 43 nuevos decesos, elevando el cómputo de fallecidos a 761.
Expertos habían advertido la falta de camas UCI. Mientras el gobierno reacciona, los más afectados ya gritan: «Si no nos mata el virus, nos mata el hambre».
La capital de Chile, Santiago es el epicentro del terremoto pandémico.
La capital chilena -con 8 millones de habitantes, y bajo cuarentena absoluta por segunda semana consecutiva- es el principal foco de la pandemia en el país. Santiago entró a esta última semana de mayo con el 94% de sus camas intensivas ocupadas. El gobierno ha buscado descongestionar sus hospitales trasladando a otras ciudades en helicópteros y aviones militares a cerca de una veintena de personas.
En Chile, un país de 18 millones de habitantes, existen alrededor de 38.000 camas de atención médica, y se planeaba incrementar al menos 4.000 más, para lo cual las autoridades sanitarias anunciaron la instalación de cinco hospitales de campaña y ordenaron a las clínicas privadas aumentar su capacidad a más de 600 camas hasta el 15 de junio.