El papa Francisco permanece hospitalizado en el Hospital Gemelli de Roma desde hace diez días debido a una neumonía bilateral que agravó su estado de salud con una crisis asmática. Según el Vaticano, el sumo pontífice ha pasado una noche tranquila y continúa recibiendo oxígeno suplementario.
Su hospitalización ha reavivado el debate sobre qué sucede con el liderazgo de la Iglesia Católica en caso de que un papa quede incapacitado. A diferencia de lo que ocurre cuando un pontífice muere o renuncia, el derecho canónico no establece disposiciones específicas para la transferencia de poder en caso de una incapacidad prolongada.
El Código de Derecho Canónico prevé la sustitución de obispos en caso de enfermedad o impedimento, pero no especifica un mecanismo similar para el papa. El canon 335 establece que cuando la Santa Sede está «vacante o totalmente impedida», no se puede alterar su gobernanza, pero no define claramente qué significa estar «totalmente impedida».
En 2022, el papa Francisco confirmó que había redactado una carta de renuncia para ser utilizada en caso de incapacidad médica, aunque no está claro si este documento cumpliría con los requisitos canónicos para ser efectivo. Mientras tanto, la Curia Vaticana sigue operando bajo la dirección del cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, quien ha asumido responsabilidades adicionales durante la hospitalización del pontífice.
El debate sobre la necesidad de una normativa clara en estos casos sigue abierto dentro de la Iglesia, mientras Francisco continúa en tratamiento médico.