El manejo sanitario que el Gobierno del Presidente Nayib Bukele ha desarrollado durante la pandemia ha logrado limitar los contagios de COVID-19 y evitar una mayor cantidad de letalidades a causa de esta enfermedad. Un estudio de la Universidad John Hopkins, de Estados Unidos, confirma este logro y ubica a El Salvador entre los países con la tasa de fallecidos más baja del mundo.
La tasa de muertes es del 27.91 por cada 100,000 habitantes. Mientras que en el primer lugar de ese listado se mantiene Estados Unidos con la tasa de mortalidad de 151.77 por cada 100,000 habitantes. En Centroamérica, la situación está complicada con los países vecinos, Guatemala (36.06), Honduras (41.46), Costa Rica (55.27) y Panamá (136.78) es donde más letalidades reportan.
El estudio de la referida universidad retomó información actualizada de población que tiene el Banco Mundial (BM).
En un año que lleva la pandemia, a esta fecha, se han contagiado 111 millones 424 mil 608 personas con el virus, de las cuales han fallecido 2 millones 467 mil 212.
El Gobierno de El Salvador ha demostrado un alto grado de capacidad en el abordaje de la pandemia. El objetivo principal de todas las acciones preventivas es salvaguardar la vida de la mayor parte de salvadoreños.
El sistema de salud del país tuvo que ser reforzado antes que el virus ingresara al territorio y fueran reportados los primeros casos de contagios. Ahora se cuenta con un moderno hospital, el más grande en Latinoamérica especializado para la atención de COVID-19 de donde se ha salvado la vida a 3,500 pacientes en lo que va del funcionamiento, junio del año pasado.
Desde el inicio de la crisis sanitaria, el Gobierno no ha bajado la guardia con la implementación de todas las estrategias para proteger a la población y debido a este insistente trabajo es que se mantiene la menor cantidad de contagios y, por ende, letalidades en la región y el mundo.