Más de un millón de personas han tenido que ser desalojadas a causa de esta fuerte tormenta que deja, al menos, cuatro muertos por el momento.
Más de un millón de personas han tenido que ser evacuadas en Filipinas durante este fin de semana como medida de precaución ante el impacto del tifón ‘Goni’, la tormenta tropical más fuerte registrada en lo que va de año. En el país, que lleva su propio sistema de nombramientos de tifones, se le llama Rolly.
Con vientos sostenidos de 215 kilómetros por hora, y máximos de 295, el tifón ha tocado tierra en varios lugares del archipiélago devastando tejados, señales de tráfico, árboles y todo lo que se interponía ante su paso. Como consecuencia, ha causado ya al menos cuatro muertes y tres graves deslizamientos de tierra, sin mencionar las inundaciones que las lluvias torrenciales están provocando en las comunidades próximas a la capital Manila, donde las autoridades han cerrado el principal aeropuerto internacional durante 24 horas y suspendido más de una veintena de vuelos. Algunos centros comerciales han cerrado a la espera de la evolución de los acontecimientos.
El tifón Goni/Rolly ha aterrizado en la provincia de Catanduanes y, de ahí, ha avanzado a la provincia de Albay, donde incluso ha provocado daños en algunos refugios. «Es posible que sea la mayor tormenta que he visto en mi vida», ha declarado el gobernador provincial, Al Bichara. De hecho, los cuatro fallecidos son residentes de esta provincia, según Bichara. Tres de ellos se ahogaron al desbordarse un río y el cuarto murió aplastado por el impacto de un árbol.
No obstante, los expertos meteorológicos creen que este tifón se debilitará al cruzar el sur de Luzón y entre en el mar de la China Meridional en las primeras horas del lunes.