La Cuaresma es un tiempo de preparación espiritual en el que los fieles participan en diversas prácticas religiosas como el viacrucis, peregrinaciones y promesas personales, con el propósito de acercarse a Dios y fortalecer su fe. El padre Fernando Cuevas enfatizó que este período de 40 días es una oportunidad para dejar atrás aquello que aleja al hombre del bien y la belleza, y vivir plenamente la Pascua.
«El hombre naturalmente está indicado al bien y a la belleza, la maldad, la ira, el rencor, el odio y la violencia no son naturales en él», explicó el sacerdote, resaltando que la Cuaresma permite una transformación interior a través de la oración, la penitencia y la abstinencia.
El padre Cuevas recordó que la Pascua es el evento central de la vida cristiana, pues conmemora la resurrección de Cristo. «Dice San Pablo que si Cristo no resucitó, vana es nuestra fe. La Pascua es el momento de luz, es el momento de fuerza, es el momento de transformación de la muerte a la vida y una vida en plenitud a la cual estamos llamados», expresó.
Asimismo, subrayó que este camino de preparación culmina en la Semana Santa, en la que se recuerda la pasión, muerte y resurrección del Señor. «Vivimos en una continua Pascua, en una continua alegría del Señor que está con nosotros y en nosotros. La muerte ya no tiene su aguijón, el pecado ya no puede hacer sucumbir al hombre, sino que nos lleva a la luz, a la resurrección, a la vida y vida plena», concluyó.