La Ley Nacer con Cariño cumple dos años de su implementación, una destacada iniciativa liderada por la Primera Dama de la República, Gabriela de Bukele, la cual tiene como objetivo priorizar a la madre, al recién nacido y a sus familias.
Desde su instauración, la ley ha sido un faro de cambio, centrando sus esfuerzos en garantizar la equidad y la calidad de los servicios de salud materno-infantil. La visión detrás de Nacer con Cariño ha sido la de crear un entorno propicio para que cada embarazo sea una experiencia segura y llena de cuidados desde el inicio hasta el posparto.
Uno de los pilares fundamentales de esta ley es la atención integral a la madre durante el proceso de gestación. Se ha reforzado la capacitación del personal de salud para brindar un acompañamiento cercano y especializado, asegurando así que cada mujer se sienta respaldada y comprendida en cada etapa de su embarazo.
La garantía de servicios de calidad también se ha extendido al cuidado del recién nacido. Se han implementado protocolos y estándares para asegurar un parto seguro y se han fortalecido los programas de seguimiento postparto, promoviendo la salud y el bienestar del bebé en sus primeros meses de vida.
La Ley Nacer con Cariño ha demostrado su compromiso con la equidad al garantizar el acceso a servicios de salud a todas las mujeres, independientemente de su condición socioeconómica. Esto ha llevado a una disminución de las disparidades en la atención materno-infantil, asegurando que cada familia, sin importar su origen, pueda acceder a servicios de calidad.
Es innegable que estos dos años han sido cruciales para consolidar los cambios propuestos por la Ley Nacer con Cariño. Aunque se han logrado avances notables, aún queda trabajo por hacer. La evaluación constante y la adaptación a las necesidades cambiantes son esenciales para mantener y mejorar los estándares establecidos.