Representantes del Colectivo de Ambientalistas por la Salud y el Medio Ambiente llegaron hasta la Asamblea Legislativa para pedir a los diputados la creación de una Ley para que se regule la instalación de antenas de señal WiFi en lugares donde permanezcan menores de 18 años debido al daño que podría ocasionar en la salud de los niños.
De acuerdo con Ricardo Navarro, presidente del Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (CESTA) la exposición permanente a la señal de antena podría ocasionarles daños en su salud por la radiación electromagnética que emiten.
Ricardo Navarro asegura que el problema no son en sí las antenas de telecomunicaciones sino la falta de regulación de las mismas «el problema es la exposición permanente ante estas antenas».
Para el ingeniero Navarro es necesario que El Salvador contemple un Protocolo Nacional para la regulación de instalación y transmisión de las antenas, a fin de evitar efectos nocivos al ambiente y a la salud. En dicha normativa se establecerían los tipos de radiación, áreas de impacto, y los valores adecuados de densidad y potencia.
De acuerdo con estudios recientes sobre el tema de la exposición a la señal de antenas telefónicas entre los impactos negativos a la salud están fatiga crónica, cefaleas, vértigos, insomnio, alteraciones de la presión arterial, disfunciones del ritmo cardiaco, degeneraciones cerebrales como el Alzheimer, enfermedades cancerígenas como leucemia y tumores cerebrales, en mujeres embarazadas puede producir inclusive abortos y enfermedades que no son explicables por las causas conocidas.
También los integrantes de la Coordinadora de Comunidades Afectadas por Antenas aseguran que actualmente las zonas más afectadas por la instalación no regulada de antenas de telecomunicaciones son la Colonia San Luís, Colonia Santa Marta, Colonia Centroamérica, Escalón, Katia Miranda, Colonia Satélite, el hospital de niños Benjamín Bloom, y los alrededores del Parque Cuscatlán.
Según el ambientalista Ricardo Navarro la falta de regulación en la instalación de antenas de telecomunicaciones especialmente de teléfonos móvil “es mucho más peligrosa que el cigarro”. “Lo que a nosotros nos sorprende es que las autoridades no regulen los impactos a la salud y el medio ambiente” aseguró.
Por su parte la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos a través de la sección adjunta para la Defensa del Derecho al Medio Ambiente, ha expresado que falta de preocupación de las autoridades al no regular la instalación de estas antenas a más de 50 metros como dicta la ley es lo que está violando un derecho fundamental como el derecho humano a la salud.