El Papa León XIV no ha tardado en dejar clara su agenda social. Durante su primera semana, ya efectuó llamamientos por la liberación de periodistas encarcelados y propuso soluciones pacíficas a conflictos globales.
En una reciente reunión con el cuerpo diplomático, pidió acción contra las “desigualdades mundiales” y las “condiciones de trabajo indignas”, reiterando su compromiso con una visión de la familia basada en la unión estable de un hombre y una mujer.
Aunque sigue al carismático Francisco, León XIVasume el cargo en un momento crítico para la Iglesia Católica, marcada por escándalos de abuso sexual y debates internos sobre el papel de las mujeres, el celibato sacerdotal, y las finanzas vaticanas. A pesar de estos desafíos, el nuevo papa ha expresado su disposición a mediar en conflictos internacionales y a abordar estos temas con un enfoque renovador y de conciliación.
La misa de entronización, fuertemente custodiada y retransmitida globalmente, marca el inicio de un liderazgo que promete dar prioridad a los valores de igualdad y justicia, mientras enfrenta las realidades de un mundo siempre cambiante.
Durante la misa, cargada de simbología y tradición, el papa León XIV recibió los emblemas papales: el palio y el anillo del pescador. En su homilía, recalcó la importancia de la “unidad” y la “caridad”, abogando por estos valores en lugar de la coerción y la propaganda religiosa.
Anteriormente, salió al encuentro de la multitud que se congregó en la plaza, siendo aclamado por fieles con banderas y teléfonos móviles.
Una de las asistentes, Inacia Lisboa, originaria de Cabo Verde, expresó su emoción: “Me levanté al amanecer para ver al nuevo papa”, comentó, afirmando que ya siente un vínculo especial con él.
Mensaje a la unidad
León XIV, durante su discurso, criticó abiertamente el paradigma económico actual, señalando que perpetúa la desigualdad y el daño ambiental. “En nuestro tiempo, vemos aún demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres”, enfatizó.
El papa, de 69 años, tiene profundas raíces en Perú, donde vivió durante más de dos décadas trabajando como misionero y obispo. Su conexión con el país sudamericano se refleja en su enfoque en la justicia social y su decisión de tomar el nombre de León XIV en honor a León XIII, un precursor en la doctrina social de la Iglesia.