La agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s (S&P) Global Ratings ha anunciado una nueva mejora en la calificación crediticia de El Salvador. En un informe compartido recientemente, la firma estadounidense ha elevado la calificación crediticia soberana del país a ‘B-/B’, después de mantenerla en ‘CCC+/C’. Además, la perspectiva a largo plazo para El Salvador se mantiene «estable».
Este es el segundo aumento en la calificación crediticia que S&P ha otorgado a la nación en lo que va del año. En mayo, la agencia anunció un aumento a ‘CCC+/C’ desde ‘SD/SD’ en respuesta al éxito de las dos operaciones de recompra de deuda que se llevaron a cabo en 2022.
La principal razón detrás de esta última mejora, según la agencia calificadora, es la estrategia de reperfilamiento de deuda a corto plazo anunciada por el Gobierno salvadoreño en colaboración con los bancos locales, que ha ayudado a reducir el riesgo de incumplimiento en los próximos dos años.
Según el documento emitido por S&P Global Ratings, «Hemos elevado nuestras calificaciones crediticias soberanas de El Salvador a ‘B-/B’ porque creemos que el reciente programa gubernamental para refinanciar gradualmente su deuda a corto plazo con bancos locales reduce las necesidades de refinanciamiento y mitiga el riesgo de incumplimiento en los próximos dos años. Esta estrategia es otro paso en el amplio proceso de reperfilamiento de la deuda que comenzó hace aproximadamente un año, con dos operaciones de recompra de deuda y un canje de deuda de pensiones».
El Ministro de Hacienda, Jerson Posada, ha atribuido esta mejora en la calificación crediticia a las acciones tomadas para gestionar la deuda del país, afirmando: «S&P Global Ratings ha mejorado nuestra calificación crediticia gracias al compromiso y la capacidad demostrada por el Gobierno del presidente Nayib Bukele para cumplir con sus obligaciones y los excelentes resultados de nuestra estrategia de manejo de deuda».
El pasado 24 de agosto, la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa) presentó una propuesta para modificar la estructura de emisión de deuda a corto plazo, extendiendo los plazos a dos, tres, cinco y siete años, la cual fue aceptada y aprobada por el Ministerio de Hacienda. Esta modificación es una respuesta a la estructura previa de deuda, heredada de administraciones anteriores, que tenía vencimientos de menos de 365 días y que generaba una carga fiscal significativa para el país.
La estrategia, que se está implementando desde octubre del año pasado, implica la emisión de nuevos títulos de deuda a largo plazo para reemplazar gradualmente los títulos de deuda a corto plazo que están en posesión de los bancos participantes, sin aumentar la deuda total del país. Esta iniciativa tiene como objetivo reperfilar aproximadamente el 54% de la deuda a corto plazo, que equivale a alrededor de $1,500 millones.
En resumen, la mejora de la calificación crediticia de El Salvador por S&P Global Ratings se debe en gran parte a la estrategia de reperfilamiento de deuda a corto plazo implementada por el Gobierno, que ha sido elogiada por la agencia de calificación como un paso importante en el proceso de reestructuración de la deuda del país.