El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, concluyó este jueves su visita de Estado al Reino Unido con un encuentro cargado de simbolismo en el castillo de Windsor, donde fue despedido por el rey Carlos III. Durante su estadía, el mandatario republicano destacó que el vínculo entre ambas naciones es «eterno» e «inquebrantable».
La visita incluyó un paseo en carruaje, revista de tropas, recorrido por la colección real y un banquete de gala ofrecido por el rey Carlos III y la reina Camila, donde Trump reiteró el compromiso de fortalecer la cooperación histórica entre Washington y Londres. Además, visitó la tumba de la reina Isabel II en la capilla de San Jorge, gesto que fue recibido con solemnidad y respeto.
En la agenda política, Trump partió en su limusina oficial, conocida como «La Bestia», rumbo a Chequers, residencia de campo del primer ministro británico, Keir Starmer. Allí se prevé que ambos líderes sellen acuerdos estratégicos para impulsar la construcción de plantas de energía nuclear y consolidar inversiones millonarias en el sector tecnológico, con la participación de compañías como Nvidia, OpenAI y Microsoft.
Esta es la segunda visita de Estado de Trump al Reino Unido, tras la realizada en 2019 durante el reinado de Isabel II, y confirma su papel central en el fortalecimiento de las alianzas internacionales de Estados Unidos.