94 parlamentarios franceses denunciaron en una carta abierta dirigida al presidente del país, Emmanuel Macron, el fracaso de las políticas de París respecto al continente africano.
«Hoy Níger, ayer Malí, la República Centroafricana, Burkina Faso rechazaron a Francia, a las fuerzas francesas, a las empresas francesas», afirman los firmantes de la misiva.
El texto señala que tras el fracaso de la operación militar antiyihadista Barkhane, que fue liderada por Francia y se prolongó entre 2014 y noviembre de 2022 con el objetivo declarado de luchar contra los grupos islamistas en Malí, Burkina Faso, Mauritania, Níger y Chad, los integrantes del grupo Wagner llegaron a la región. Según los parlamentarios, los líderes africanos se dirigieron a la formación militar rusa para unir a su población contra «el poder colonial». Asimismo, destacan que las acciones antifrancesas se producen incluso «en países conocidos como cercanos a nosotros, como Costa de Marfil o Senegal».
«Hoy, la Francáfrica [término con el que se describe la estrategia de París para defender sus intereses en las antiguas colonias] de ayer ha sido reemplazada por el África rusa militar, el África china económica o el África estadounidense diplomática», agrega la misiva.
En este contexto, los parlamentarios preguntan si ha llegado el momento de «revisar nuestra visión de África y su relación con Francia». «Probablemente ya sea hora, dado que África, un continente amistoso, parece no entender más a Francia y cuestiona cada vez más su papel y su presencia», concluyen.
El ministro de Defensa francés, Sébastien Lecornu, respondió a la carta y rechazó las afirmaciones de que la operación Barkhane fue un fracaso. «Nuestro Ejército ha hecho retroceder constantemente a los grupos terroristas en el Sahel, salvando miles de vidas en el lugar y protegiendo las de los franceses de las amenazas de ataques en nuestro suelo», declaró.
La noticia se produce en medio de la agudización de tensiones en torno a Níger tras el golpe de Estado del 26 de julio, después del cual la junta militar que tomó el poder retiró a los enviados diplomáticos de cuatro países, entre ellos Francia.
Mientras tanto, París instó a las nuevas autoridades nigerinas a «tomarse en serio» la amenaza de una intervención militar.