Los pocos días que llevamos de este 2021 han sido llenos de retos para El Salvador y el mundo. La pandemia, que llegó a principios del año pasado a nuestras vidas, fue algo que nadie pensó que íbamos a enfrentar. Nuestro Presidente Nayib Bukele, ha tenido la tarea aún más difícil, pues pese a los constantes bloqueos de la oposición ha sacado a El Salvador adelante y ha demostrado, una y otra vez, la resiliencia que lo caracteriza; él no se ha quedado de brazos cruzados y ha trabajado por el fortalecimiento de las relaciones bilaterales.
La semana pasada, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, manifestó el compromiso del Presidente Joe Biden de trabajar con el Gobierno de la República, en el desarrollo de políticas para generar oportunidades económicas y fortalecer las instituciones democráticas, en el marco de las históricas relaciones entre ambos países.
Blinken sostuvo un primer acercamiento con la canciller salvadoreña, Alexandra Hill Tinoco, en el que además afirmó que, Estados Unidos “apoya a un El Salvador próspero con instituciones sólidas y transparentes”.
Y este, fue precisamente, uno de los objetivos del Presidente Bukele, desde el primer día de su gestión: revivir las relaciones y traducir esos esfuerzos en cooperación, apoyo institucional, respaldo y reconocimiento de los logros en el área de seguridad y apoyo en temas educativos y sociales.
De acuerdo con un comunicado emitido por el Departamento de Estado del país norteamericano, citado por la revista Forbes Centroamericana, Blinken y Hill “discutieron cómo una relación bilateral productiva entre Estados Unidos y El Salvador puede ayudarnos a abordar las causas fundamentales de la migración irregular”.
Sin duda, esta comunicación entre ambos países demuestra el fortalecimiento de las relaciones entre El Salvador y Estados Unidos, las cuales se robustecen cada vez más, luego que las administraciones de los últimos 30 años las dejaran en total deterioro. Solo se encargaron de ver hacia el sur para respaldar regímenes que no significaron una verdadera oportunidad para entretejer una relación política, económica y social provechosa para salvadoreños y estadounidenses.
Sin embargo, ahora con el Presidente Bukele al frente, la migración irregular se ha reducido en un 81% desde el año pasado, un logro que es importante reconocer porque el recurso más valioso de El Salvador es nuestra gente.
Ahora se trata de una relación donde hay valores compartidos entre ambas naciones, basada en el respeto y el compromiso de trabajar como verdaderos aliados en objetivos comunes.
Pero, el camino hacia el éxito es aún largo, los retos son múltiples y la solución a largo plazo está en crear las oportunidades que los salvadoreños necesitan aquí en su país. Hay que enfocar los esfuerzos en la lucha contra la criminalidad, la corrupción, y la impunidad, en una cooperación que refleje nuestro compromiso compartido con el respeto a los derechos humanos y la preeminencia de la ley.
No hay soluciones fáciles ni sencillas. Los problemas complejos requieren soluciones integrales y el compromiso de todos los sectores de la sociedad, de dejar de lado los ataques y poner primero al país.