¿Te has puesto a pensar porqué a veces te entra desesperación por comer algo? Sabes que muchas veces comemos por razones que poco o nada tienen que ver con el hambre. A saber, aburrimiento, tristeza, soledad o ansiedad.
Cuando comemos dominados por las emociones casi siempre nos damos atracones que en realidad están provocados por el cortisol, la hormona del estrés que dispara el apetito de alimentos ricos en grasas y azúcares. Es lo que nos pide el cuerpo cuando estamos ansiosos.
Sabías que para evitarlo, hay que ponerse algunas trampas en el camino del atracón, vale incluso auto engañarse y buscar la recompensa en algún sitio alejado de la nevera.
Entre las recomendaciones está limpiar la nevera de comida «peligrosa» como los dulces, helados, chocolates, pizza, sorbetes, galletas; pues cuando estas ansioso no buscas una zanahoria o una fruta.
Otro consejo es que comas en intervalos regulares, recuerda que cuánto más tiempo hayas pasado sin comer más comerás. Lo mejor es evitar que pasen muchas horas entre las comidas para que no te los comas todo de una sola tacada. La idea es estar satisfecho y no ver la comida como una recompensa.
No menos importante es que prestes atención mientras comes. Esto te ayudará a reducir la carga emocional con la que te relacionas con la comida. Además te ayudará a masticar más despacio. Se recomienda dejar el tenedor sobre la mesa cada dos bocados para ralentizar la velocidad a la que solemos devorar la comida.
Recuerda crear un ambiente «seguro» para comer. Eso significa no comer frente a la televisión o al ordenador . Sírvete lo que vas a comer en tu plato y guarda el resto en la nevera, así evitarás la tentación de repetir.
Cambiar la ruta del hambre es otra buena alternativa. Si estás nerviosa no hagas siempre lo que sueles hacer en esos casos, evita pasar por tu restaurante favorito de comida basura y pedir una hamburguesa para cenar en casa. A veces funciona cambiar de actividad o sacar a pasear al perro. A la vuelta ya no te acordarás que te ibas a dar un homenaje frente a la nevera.