El gobierno del socialista Daniel Ortega expulsó de Nicaragua al delegado residente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Thomas Ess, aunque hasta el momento se desconocen los motivos de la orden.
En una carta enviada el lunes a la CICR, «el gobierno de Nicaragua notifica que decidió retirar el beneplácito a nuestro jefe de misión» en Managua, dijo vía telefónica María Cristina Rivera, coordinadora de comunicaciones de la Cruz Roja para México y América Central. Las oficinas de la entidad en Managua siguen operando.
Hace apenas unos días el gobierno de Ortega había condecorado con la orden “José de Marcoleta, en el grado de Gran Cruz”, al jefe de la delegación regional del CICR para México y América Central, Jordi Raich, por haber mantenido, durante su misión de cuatro años, “una colaboración respetuosa” y “una visión de acompañamiento a las prioridades del Gobierno”.
La condecoración fue recibida de manos del canciller Denis Moncada y no estuvo exenta de cuestionamientos por defensores de derechos humanos y víctimas de la represión, “porque no se conoce que la gestión de Raich haya tenido alguna incidencia en restituir el respeto a los derechos humanos de los presos políticos en la cárcel del Chipote”.
Entre tanto, Raich también se declaró sorprendido por la condecoración, tras escribir en su página de Facebook: “La sorpresa de mi reciente viaje a la tierra de Rubén Darío: concesión de la orden José de Marcoleta grado de Gran Cruz” tras señalar: “La máxima distinción que otorga la nación nicaragüense por los méritos extraordinarios adquiridos en el desarrollo de las relaciones (internacionales o diplomáticas) de Nicaragua en beneficio de la paz y la amistad”.
El CICR es la única institución internacional humanitaria que queda en el país, luego que el régimen expulsó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (Giei) y a la representación de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh).