La emprendedora salvadoreña Liliam Lizama convirtió un proceso de recuperación personal en el impulso para crear Chiltotas, una marca de artesanías en cerámica que ha logrado consolidarse en el mercado local.
Lizama enfrentó una etapa difícil en su vida tras atravesar problemas de salud, lo que la llevó a recibir terapia ocupacional. Fue en ese proceso donde descubrió su talento para la pintura y la cerámica, lo que más tarde se convirtió en su emprendimiento.
«Comencé en terapia ocupacional y poco a poco fui retomando habilidades que había perdido. Con el tiempo, mi arte se convirtió en un emprendimiento que me ha permitido salir adelante», relató Lizama.
A través del respaldo de CONAMYPE, logró obtener su registro como artesana y acceder a asistencia técnica, formación y espacios de comercialización. Además, fue beneficiada con fondos de capital semilla para la reactivación económica tras la pandemia.
Para Lizama, el camino del emprendimiento no ha sido fácil, pero destaca la importancia de la constancia y el amor por el oficio. «Es un proceso de aprendizaje constante, con momentos difíciles y gratificantes. Lo importante es seguir adelante», afirmó.
Su historia es un reflejo de cómo la resiliencia y el apoyo adecuado pueden transformar vidas, impulsando el talento salvadoreño en el sector artesanal.