González, nacido en 1958 en San Salvador, comenzó su carrera profesional en la liga salvadoreña con el ANTEL, pero fue en el Club Deportivo FAS donde se consolidó como una estrella. Con el equipo tigrillo, «Mágico» brilló en la Primera División de El Salvador y fue clave en la obtención del título de 1978. Su talento extraordinario lo convirtió en el máximo referente del club, destacando por su capacidad para desequilibrar defensas con su regate, visión de juego y goles memorables.
Su rendimiento en FAS lo llevó a la selección nacional, donde se convirtió en la gran figura del combinado salvadoreño que clasificó al Mundial de España 1982. En ese torneo, aunque El Salvador no logró avanzar de fase, González dejó destellos de su genialidad, captando la atención de clubes europeos.
Tras su paso por el fútbol español con el Cádiz CF y una breve estadía en el Real Valladolid, regresó a El Salvador en la década de los 90. Volvió a vestir los colores de FAS y más tarde se unió a equipos como el Club Deportivo Firpo y el Club Deportivo Águila, donde siguió deleitando a los aficionados con su magia en la cancha.
A pesar de recibir ofertas de grandes clubes europeos, su carácter bohemio y su apego a la libertad lo llevaron a rechazar una carrera en equipos de mayor renombre. Sin embargo, su estilo de juego único y su autenticidad lo convirtieron en un ícono del fútbol mundial.
Actualmente, González sigue siendo una referencia del fútbol salvadoreño y su legado inspira a nuevas generaciones. Su historia es recordada con admiración tanto en El Salvador como en Cádiz, donde los aficionados aún lo veneran como uno de los jugadores más brillantes que han pasado por el club.