La crucifixión y muerte de Jesús de Nazaret son eventos centrales en la tradición cristiana, conmemorados cada año durante la Semana Santa. Sin embargo, determinar con precisión la fecha y hora exactas de su muerte ha sido objeto de análisis y debate entre estudiosos y teólogos. Los cuatro evangelios canónicos coinciden en que Jesús fue crucificado un viernes, en vísperas del sábado judío, conocido como el día de preparación. Este detalle es significativo, ya que el sábado es el día de descanso sagrado en la tradición judía.
Además, los evangelios sitúan la crucifixión durante la celebración de la Pascua judía, lo que permite acotar las posibles fechas. Según análisis históricos y astronómicos, las dos fechas más probables para la crucifixión son el 7 de abril del año 30 d.C. y el 3 de abril del año 33 d.C.
Hora de la crucifixión y muerte
Los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) ofrecen detalles sobre la cronología de la crucifixión:
El Evangelio de Marcos indica que Jesús fue crucificado a la «hora tercera», que corresponde aproximadamente a las 9:00 a.m.
El Evangelio de Mateo señala que desde la «hora sexta» (mediodía) hasta la «hora novena» (3:00 p.m.) hubo oscuridad sobre toda la tierra. Alrededor de la «hora novena», Jesús exclamó con fuerte voz y luego expiró.
El Evangelio de Lucas coincide en que hubo oscuridad desde la «hora sexta» hasta la «hora novena», momento en el cual Jesús murió.
Por otro lado, el Evangelio de Juan presenta una aparente discrepancia al mencionar que Jesús aún estaba ante Pilato alrededor de la «hora sexta», lo que ha generado debates sobre la cronología exacta.
Aunque existen variaciones en los relatos evangélicos, la tradición cristiana y la mayoría de los estudiosos coinciden en que Jesús fue crucificado y murió un viernes, probablemente el 3 de abril del año 33 d.C., alrededor de las 3:00 p.m.
Estos eventos son conmemorados anualmente en el Viernes Santo, día en que los fieles reflexionan sobre la pasión y muerte de Cristo.