Agricultores franceses protagonizaron violentas protestas en los contornos de París, capital del país galo, manifestándose por la situación económica.
Los manifestantes llevaron sus tractores y maquinaria pesada a las entradas de París, con el objetivo de bloquear sus accesos.
En otros puntos, las protestas se volvieron violentas y los agricultores quemaron llantas e incendiaron edificios públicos.
Los agricultores exigen subsidios inmediatos a sectores como el avícola, que se eliminen los trámites administrativos y las importaciones, entre otras demandas.
En las afueras de algunos edificios públicos, los agricultores arrojaron estiércol y otros productos podridos.