La canciller alemana, Angela Merkel, y los poderes regionales, acordaron hoy el cierre en noviembre de bares y restaurantes, así como el ocio, la oferta cultural y el deporte aficionado en espacios cerrados, aunque mantendrá abierta, mientras sea posible, la actividad escolar y el comercio.
Asimismo, se limitarán a mínimos los contactos sociales y reuniones, anunció la jefa del Gobierno, según la cual las restricciones entrarán en vigor el 2 de noviembre, con el objetivo de «evitar una emergencia sanitaria nacional», ante el avance de la pandemia.
El acuerdo prevé compensar a las empresas afectadas por las pérdidas que se deriven del cierre, estimando ese volumen respecto a lo facturado el año anterior, para lo que se prevé una partida especial de 10.000 millones de euros.
«Se ha duplicado la cifra de nuevos contagios en una semana. Tenemos que actuar ahora», afirmó Merkel, según la cual el alto número de nuevos contagios y el incremento exponencial de casos implica que no se pueden seguir convenientemente su rastreo.
La canciller admitió que no es posible actualmente conocer el origen del 75 % de los nuevos contactos que se detectan.
El propósito del Ejecutivo es lo que en medios alemanes se ha denominado «romper la ola» (de nuevos contagios) para evitar los cierres de colegios, además de mantener en pie la vida comercial.
Será, por tanto, un cierre más leve que el decretado entre marzo y abril, en que sí quedó desactivada la vida comercial y escolar.
Las nuevas medidas se prolongarán cuatro semanas para posibilitar la reapertura y los encuentros familiares en las navidades.
Por lo pronto, las restricciones a las reuniones en lugares públicos significa que no podrán encontrarse más que diez personas, si no se trata de gente que convive en uno o dos hogares.
Se recomienda, asimismo, evitar todo viaje no esencial, ni siquiera en el interior del país, o visitas familiares. Se prohíben estrictamente los desplazamientos turísticos nacionales.
La reunión de Merkel con los líderes regionales se produjo quince días después del último encuentro, en que apenas se alcanzó algún acuerdo vago. En Alemania, corresponde a los poderes regionales implementar lo acordado, de acuerdo a su criterio.