La ciudad de Ámsterdam se blinda contra las consecuencias del turismo masivo, en plenos rebrotes de coronavirus en Países Bajos, por lo que prohíbe durante los fines de semana la venta de alcohol en las tiendas del Barrio Rojo e impone el tráfico peatonal unidireccional en su centro histórico.
En un intento por mantener a los turistas a un metro de distancia en el centro de la ciudad, las reglas se aplicarán solo los viernes, sábados y domingos, al menos hasta el próximo 1 de septiembre, porque desde el inicio de la relajación de las medidas contra el coronavirus el flujo de visitantes es cada vez mayor.